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• Es por ello, que SAG-PRONADERS junto a instituciones aliadas, intensifica el trabajo instalando huertos pedagógicos y familiares que impactan positivamente en la seguridad alimentaria

Los alumnos, maestros y padres en varias comunidades de Honduras, se involucran en la preparación de suelos para colocar huertos pedagógicos y familiares como parte de la transición hacia un sistema alimentario más sostenible.

Esta es una iniciativa de la presidenta Xiomara Castro, ejecutada a través del Programa Nacional de Desarrollo Rural y Urbano Sostenible (PRONADERS), adscrito a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), a fin de ofrecer soluciones claves para la reducción del hambre y la pobreza.

Centros educativos como la Escuela Miguel paz Barahona en Corquín, Copán, el Centro Básico José Trinidad reyes, en San Pedro, El Duraznito y el Centro Básico de Educación Intercultural Bilingüe Juan Lindo en Monte verde San Francisco de Opalaca en Intibucá, ya están realizando labores de preparación de la tierra que cobijará los huertos escolares.

Asimismo, algunas familias en esas comunidades, también han dispuesto sus parcelas y esperan ansiosas la instalación de su huerto familiar.

En ese sentido, el director de PRONADERS, Diego Umanzor, indicó que la preparación del suelo como preámbulo para plantar un huerto, constituye un paso fundamental en el proceso de creación de huertos escolares y familiares, puesto que sirve para generar condiciones físicas adecuadas para el buen flujo del agua y el aire.

“Nosotros como Gobierno estamos dando las herramientas y seguiremos apoyando de diferentes formas”, dijo Umanzor.

Las inversiones en agricultura sostenible son cruciales para aumentar la capacidad productiva agrícola y los sistemas de producción de alimentos sanos son necesarios para ayudar a mitigar las dificultades del hambre.

Es por ello, que SAG-PRONADERS junto a instituciones aliadas, intensifica el trabajo instalando huertos pedagógicos y familiares que impactan positivamente en la seguridad alimentaria y la nutrición de los hondureños, al tiempo que contribuye de manera significativa a la disminución de riesgos ambientales y económicos de la producción de alimentos.