• El municipio de San Francisco de Opalaca, en Intibucá, se encuentra inmerso en una transformación gracias a SAG-PRONADERS, con su innovador programa de PRO-ENERGÍA RURAL
• La presidenta Xiomara Castro, empeñada en la lucha de refundación de Honduras, cuenta con el apoyo decidido del director de SAG-PRONADERS, Diego Umanzor, con su programa de PRO-ENERGÍA RURAL.
En un gran paso hacia la sustentabilidad, el Programa Nacional de Desarrollo Rural y Urbano Sostenible (PRONADERS), adscrito a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), entregó 164 paneles solares que cambiarán notablemente la vida de más de 805 personas de las comunidades de San Antonio, El Naranjo, El Venado y La Travesía Chorrera Áspera en San Francisco de Opalaca, departamento de Intibucá.
La presidenta de la República, Xiomara Castro, revolucionaria e incansable del progreso de Honduras, ha destinado a través de SAG-PRONADERS, una importante inversión de más de 290 mil 624 dólares, para la entrega de paneles solares en las comunidades más postergadas. Detrás de esta extraordinaria iniciativa se encuentra el persistente esfuerzo del director de SAG-PRONADERS, Diego Umanzor, quien ha demostrado un compromiso inquebrantable con el bienestar de las comunidades rurales de Honduras.
En ese sentido, Umanzor es del criterio que los paneles solares representan una expectativa para aquellos que imaginan un futuro más luminoso y prometedor, con este proyecto, la visión de la presidenta Castro, de alcanzar su sueño de una Honduras refundada se hace cada vez más cercana y tangible.
La energía solar no solo proporciona luz a los hogares, sino que también impulsa el progreso en los aspectos más vitales de la vida diaria. Ahora, las comunidades pueden disfrutar de servicios esenciales, como la carga de dispositivos electrónicos y la refrigeración de alimentos, sin preocuparse por los altos costos o la falta de suministro eléctrico. Este logro representa un hito significativo en el camino hacia la equidad y el desarrollo sostenible.
Gracias a PRO-ENERGÍA RURAL, la oscuridad se ha disipado y la esperanza resplandece con intensidad en cada rincón de las comunidades de Intibucá.